viernes, 5 de abril de 2013

Los activos tóxicos y el Banco Malo



En noticias, en periódicos, en las redes sociales… siempre nos ha salido la palabra “Banco Malo” pero hay muchas personas que realmente no saben lo que es, bien porque no lo han buscado, bien porque no le interesa, bien porque no lo entiende o bien porque no se lo han explicado a fondo, por ello les expongo a continuación un resumen de qué es el Banco Malo y para qué sirve, para que tengan una idea de lo que es y de los problemas que acarrea y los que intenta solucionar.

En cuanto al concepto, podemos decir que un Banco Malo es:

“Aquella entidad o institución financiera que se encarga de transferir los activos tóxicos de las entidades bancarias, donde se incluyen aquellos fondos de inversiones de pésimas condiciones y que se crearon a partir de hipotecas o créditos a personas con poca solvencia económica, a un Organismo Público que se encargaría de liquidar los pagos.”

En cuanto a modelos podemos hablar de banco malo del Estado, mixtas o sólo privadas y son habituales en crisis financieras, como la que sufre España en la actualidad.

Pero y de dónde vienen, hay antecedentes en otros países, pues bien ha habido casos en México Corea, Suecia y, recientemente, en Alemania e Irlanda.

En Alemania, los bancos traspasaron sus activos tóxicos (créditos, instrumentos financieros y participaciones no estratégicas) a sociedades instrumentales, a cambio, recibían deuda de dichas compañías y el desembolso de los intereses periódicos estaba garantizado por el Estado previo pago de una prima. Los bonos se podían presentar como colateral ante el Banco Central Europeo (BCE) por disponer del aval del Estado y aliviaban las exigencias de capital de los bancos al disminuir el volumen de los activos ponderados por riesgo.

En Irlanda se creó una agencia estatal (Nama) que compró a la banca sus activos con fuertes descuentos. Esto generó un déficit de capital a las entidades, que fueron recapitalizadas con dinero público.

¿El Banco Malo beneficia a alguien? Pues si, benefícian entidades que han cometido mayores excesos, como en el caso de Bankia. Santander, BBVA, Popular y Sabadell se sienten con fuerza para desprenderse de sus adjudicados por sus propios medios.

De otra forma podemos decir que este planteamiento consiste en que el Estado compra los créditos con alta probabilidad de resultar poco rentables para el banco (por ejemplo: Bankia), y lo hace a un precio que estaría entre el valor del mercado y el valor contable del activo, es decir, el Estado se haría cargo de una parte de la minusvaloración del crédito. Finalmente, estos activos al venderse causarían pérdidas, cifra que dependería de la gestión de este tipo de bancos.

¿Qué efectos tiene el “ Banco Malo”? Pues lamentablemente, el Banco Malo afecta negativamente a los contribuyentes y es que éstos serían los encargados de pagar parte de las pérdidas debido a la mala gestión bancaria. Esto último bajo mi opinión abusiva respecto a la clase media española sobre todo, tras el “boom” del ladrillo de la primera década de este siglo, la cuál ahora la debemos pagar nosotros, si bien es cierto que el objetivo de todo este plan es el de proteger el sector bancario y de esta manera, reactivar  la situación económica actual de España. En mi opinión, es cierta la anterior afirmación pero, ¿no habría otra alternativa? ¿Por qué siempre terminamos pagando los ciudadanos, si son entidades privadas las que están inmersas?

El objetivo del Banco Malo lo podríamos definir de dos maneras:

v     Una, mejorar la actual situación económica bancaria a nivel mundial y para ello, esta institución compra con fondos públicos los activos tóxicos de los bancos convencionales y de esta forma, libera a las entidades bancarias de la insolvencia a corto plazo y además, les permite volver a ejercer como tal a la hora de entregar créditos e hipotecas a los clientes, reactivando la economía del país en cuestión.

v     De otra manera, podríamos decir que el funcionamiento de los bancos malos es depositar en un “fondo común” de todos aquellos activos, especialmente del sector inmobiliariocon poca probabilidad de ser cobrados por los bancos.

Un ejemplo de ello, estaría en la hipoteca de un cliente que en la actualidad se encuentre en situación de insolvencia y sin ningún tipo de ingreso.

De esta forma,  conforme a lo anterior las entidades financieras se pueden ver obligadas a dividirse en dos:

1.      Una parte estaría formada por los activos y pasivos selectos,
2.      La otra parte, formada por los activos tóxicos, sería comprada por el banco malo.

Podriamos explicarlo mejor con un segundo ejemplo: Compra por parte de un Banco Malo de un suelo valorado en 10 millones de euros, donde el Estado pagaría tan solo 7 a la entidad bancaria, que no tenía ninguna posibilidad de recuperar ese dinero, de esta manera el banco convencional puede “colocar” los activos tóxicos al Banco Malo, que podrá recuperar o incluso ganar dinero con la inversión.

En síntesis, hay que decir que el objetivo fundamental es evitar la suspensión de pagos de los bancos, por ello el Estado se hace cargo de la deuda a un precio algo menor, y es ahí donde radica la principal ventaja de este sistema.

Si algún día acaba esta crisis económica en la que estamos inmersos, se supone que los activos tóxicos del Banco Malo serán vendidos a un precio superior del que fue comprado, y de esta forma, no solo se salvaría a las entidades bancarias de una posible quiebra sino que el Estado saldría ganando con el beneficio que ello supone para los contribuyentes. Lo malo de este plan, es que no se sabe cuándo se saldrá de la crisis y cuándo se conseguiría vender estos activos, provocando beneficios.

Tras esta lección sobre lo que es un Banco Malo, me veo con la obligación de plantear preguntas como ¿Servirá de algo esta medida? ¿Nos devolverán a los contribuyentes el dinero que ahora mismo hemos perdido?

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